Por Milagros Rodríguez
¿Cuánto sabes sobre el pico más alto de Las Antillas?
Te invito a conocerlo y a disfrutar de una fascinante aventura llena de grandes retos, bellos paisajes, idílicas puestas de sol, gran variedad de vegetación y micro climas, extraordinarias panorámicas donde las nubes, la niebla y las montañas se funden en un abrazo creando imágenes únicas e inéditas.
La ruta que seguimos para llegar al Pico Duarte fue la denominada “La ruta Ciénaga Manabao” que pertenece al municipio de Jarabacoa, con el grupo de excursiones “Acción Ambiental” que realiza esta ruta cada año desde el 1999.
A conocer esta inolvidable experiencia me invitó mi amigo y hermano Amin Abel Pérez. Fue un grupo reducido con la asistencia de otras personas muy amables, cercanas, dinámicas y divertidas, lo que me permitió integrarme rápidamente al grupo. A medida que íbamos compartiendo tras los días, me di cuenta de la gran calidad humana de las personas que integran el grupo y los excursionistas se nos hizo una experiencia inolvidable.
Desde el inicio de la ruta, tienes un encuentro fascinante con la naturaleza en su estado más puro. Te da la bienvenida un río de aguas transparentes y cantarinas, “el Yaque del Norte” que, con sus arroyuelos y sus abundantes y hermosas cascadas te hacen más agradable el trayecto.
Poco a poco te va internando en el bosque y sin darte cuenta inicias el ascenso, y a medida que transcurre el tiempo se va elevando el nivel de dificultad de la escalada, lo cual se atenúa con el ambiente de camaradería, anécdotas, chistes, slogan y señales para animar y alentar a los más rezagados. Es importante destacar el espíritu de colaboración, cercanía y mucha alegría, sobre todo en las paradas reglamentarias para compartir los alimentos necesarios para reponer fuerzas y continuar con esta increíble aventura.
Algunos puntos emblemáticos a lo largo del trayecto como Altos de la cotorra, Agüita fría, La Vela, La Laguna, Compartición, Valle de Lilis, entre otros te van orientando a que el objetivo está cerca, alcanzar la ansiada cima del emblemático Pico Duarte.
En el transcurso del camino, cuando parece que el ascenso no tiene fin y se agotan las fuerzas, haces acopio de entusiasmo para tomar una instantánea de los bellos paisajes, la quietud, la paz, la seguridad y el sosiego que te ofrece el entorno. Todo ello hace mucho menos tedioso el camino a la cima.
Contar que, la hora de la comida fueron momentos muy especiales y divertidos, con un clima de unión y fraternidad increíble, como solo los humanos de buen sentir pueden hacerlo. Me impresionó, como en situaciones tan limitadas se podía preparar unos alimentos tan ricos, gracias al esfuerzo y la dedicación de los guías y responsables del viaje, quienes volcaban todo su esfuerzo y entusiasmo para que las cosas salieran a la perfección.
Poder cenar al abrigo de una fogata cálida y embriagadora y comentar la experiencia del día fue un momento muy emotivo para los nóveles y veteranos de la excursión. Pasear en el atardecer con pequeños grupos por el hermoso Valle del Tetero y disfrutar de un baño reparador en las heladas aguas del fascinante y cristalino rio La Ballen, fueron, sin duda, momentos y experiencias que siempre llevaré conmigo.
Desde mi experiencia y punto de vista creo que, subir al pico más alto de las Antillas es posible casi para cualquier persona. Quiero decir, que, no hay que ser un experimentado deportista, ni tener experiencias previas en la materia. Como cualquier otro proyecto, si no eres una persona que hace deporte con regularidad, sí que requiere de una previa preparación física y mental, y sobre todo, amar la naturaleza y que te atraigan los retos, las aventuras, que tenga curiosidad por descubrir y vivir experiencias nuevas.
La exploración de un área natural que desconoce, es recomendable hacer la ruta con guías experimentados y confiables. En grupos de familias, amigos o compañeros de trabajo, el viaje resulta más placentero y divertido.
En todo el trayecto, una de las zonas que posee un encanto particular y mágico, es el valle del Tetero y el rio La Ballena, realmente vale la pena conocerlo y recorrerlo y desde luego alcanzar la cima del Pico Duarte es una sensación maravillosa.
Para mí, esta aventura fue la realización de un sueño que creía inalcanzable por lo duro de su trayecto y el angosto, a veces, de su terreno. Fue un gran reto personal, con la desventaja de que vivo fuera del país y requiere tiempo y esfuerzo. Comprobado está que, las metas que te propones, se pueden alcanzar cuando realmente se quiere y se lucha por ellas.
El Pico Duarte destino de los amantes de la naturaleza y aventura
El Pico Duarte comprende dos parques nacionales, el José del Carmen Rodríguez y el J. Armando Bermúdez, ambos se unen en el norte y sur de la Cordillera Central. Otras rutas para acceder al pico son, Mata Grande, Sabaneta de San Juan y Constanza, entre otros.
Es un pico perteneciente a la Cordillera Central en la República Dominicana, siendo el punto más elevado en las Antillas. El pico Duarte y la Pelona son dos picos mellizos. Según algunos mapas topográficas vigentes los dos picos tienen la misma altura de 3087 metros sobre el nivel del mar, sin embargo, mediciones con altímetro muestran que La Pelona queda algunos metros por debajo del pico Duarte.
Hasta los primeros años del siglo pasado los dos picos fueron llamados La Pelona, distinguiendo entre la Pelona Grande y la Pelona Chica. La Pelona Grande fue bautizada como pico Trujillo en la década de 1930. Tras la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo le dieron su nombre actual.
Rutas más utilizadas para llegar al pico Duarte
Son tres:
- Jarabacoa – Manabao – La Ciénaga – Los Tablones – La Cotorra – Agüita Fría – La Compartición – Pico Duarte
- El Pedregal – Matagrande – Loma del Oro – Las Guácaras – Valle del Bao – La Pelona – Vallecito de Lilís – Pico Duarte
- Presa de Sabaneta – Alto de la Rosa – Agüita Fría – Macutico – La Pelona –Vallecito de Lilís – Pico Duarte
Desde Santo Domingo se requiere llegar hasta Jarabacoa (provincia La Vega) para acceder por la ruta A, hasta Santiago de los Caballeros para utilizar la ruta B, y a San Juan de la Maguana para acceder por la ruta C. La primera de estas rutas tiene 45 km de longitud y una duración de 3 días, la segunda 23 km y 2 días, y la tercera 48 km y 3 días.
Existen facilidades para el acompañamiento de guías locales, servicio de mulas, etc. Hay empresas de guías que son muy confiables e incluyen todos los equipos, transporte, comidas, bolsas de dormir, casas de campañas, ropa de frío y guías calificados.
Es altamente recomendable que reserves tu viaje con anticipación y recibas toda la información de tu guía algunos días o semanas antes del viaje. Así tendrás una experiencia más placentera y disfrutarás más la montaña.
