Por Aquino Taveras
El Gobierno Dominicano a través de múltiples medios ha informado su interés de mejorar el turismo en la Republica Dominicana afectado seriamente por los efectos de la pandemia Covid-19, manifestaciones que no pocos sectores nacionales han respaldado y han mostrado su interés por hacer aportes para fortalecer la industria sin chimenea.
A decir de muchos, lo más importantes para que el turismo recobre el poder perdido es que se enfrente con éxito la pandemia que nos afecta a nosotros y al resto del mundo, para asegurar que los turistas que nos visiten vengan sin ningún temor a nada.
Si nos preparamos para recibir a los turistas, también debemos pedirles a esos visitantes que no nos traigan problemas, por lo que deberíamos exigirle una prueba PCR negativa y en su defecto, prueba o cartilla de estar inmunizado con la vacuna contra la Covid 19, como muestra de que no representa ningún peligro de contagio.
Una vez conseguido eso, el gobierno a través del Ministerio de Turismo debe iniciar una campaña de promoción del país como destino turístico a través de los embajadores y cónsules en el exterior, de manera que estos se encarguen de dar a conocer que República Dominicana posee excelentes condiciones para ser escogida como un destino seguro para vacacionar.
Es mucho lo que se ha hablado de promocionar al país, pero muy poco se hace para pasar de la palabra a los hechos. La voz que más se escucha en materia de promoción del país es la de una representante en México de nombre Carolina Pérez, que desde mi punto de vista debe trabajar más, ya que, lo poco que informa sobre nuestro país debe llegar por todos los rincones de la nación azteca.
Recientemente el presidente Abinader designo embajadores y cónsules en distintos países del mundo que, casi todos, desde el mismo palacio nacional al ser juramentados expresaban su intención de trabajar para atraer más turistas al país, pero al parecer, en la misma mención ejecutiva se le olvidaba lo dicho, porque de esos en cuanto a beneficios para Quisqueya es poco lo que se ha hechos.
El diplomático sabe que va al exterior a trabajar por y para el país como digno representante del gobierno dominicano, pero por lo visto el trabajo del embajador o cónsul, deja mucho que desear en algunos de los países donde estamos representados, porque se olvida de la misión que debe hacer en favor de su país y de los ciudadanos dominicanos que allí viven. Cabe destacar que el gobierno invierte fuerte suma de divisa en los sueldos de dichos diplomáticos, que bien debíamos utilizar en compras de combustibles y otros insumos para los dominicanos.
El señor presidente debe recordarles a sus diplomáticos y cónsules que el turismo es la columna dorsal de la economía que todavía sigue sufriendo las graves secuelas económicas de la pandemia de la que muchos confiamos en que la vacuna y poder de Dios, den al traste con ese mal, que nos ha dejado amargos recuerdos.
Muchos empresarios dominicanos y de otras naciones mantienen vivas las esperanzas en el futuro del país y siguen haciendo inversiones sin temor a los efectos de la pandemia, provocada por la Covid-19, que ha dejado una lista de más de 3 mil dominicanos muertos y millares de contagiados.
La confianza del país en el turismo fue puesta en evidencia, cuando el presidente Luis Abinader dio el primer picazo para dejar iniciados los trabajos de construcción del proyecto Mauad Hotel Boutique, con una inversión inicial de 350 millones de pesos ubicado en Gazcue, Santo Domingo.
Alejandro Mauad, del complejo hotelero, dijo que el establecimiento generará empleos y la entrada de inversiones extranjeras directas al país.
A situaciones como esas hay que prestar atención y recordarle a los que nos representantes en el exterior que se dejen de ofrecernos notas sociales sobre la celebración de la independencia nacional y pasar a trabajar en la promoción de nuestro país, como destino seguro y confiable para pasar vacaciones en familia.
Ya es tiempo de que embajadores y cónsules cambien y trabajen más por nuestro país, desde la tierra a donde fueron enviados a buscar beneficios para la nación, no a divertirse en recepciones donde disfrutan de buenos vinos y otros placeres, mientras el país demanda de más esfuerzos para mejorar la industria turística nacional que tanta falta nos hace ahora y para el futuro.
EL AUTOR ES PERIODISTA