Por Juan Montero Lobo “Visnú”
Escritor y Poeta
Entre tinieblas y en medio de la oscuridad noctámbula se halla tu contrito y abandonado corazón, que sufre cada día más por un desamor, por una desazón vital, por un disgusto existencial caminamos sin rumbo fijo, por sendas desérticas, donde todo es caos y adversidad y estás buscando un oasis, un remanso de paz, para saciar esa sed espiritual que tu espíritu lleva añorando mucho tiempo atrás, porque te encanta el mundo de las sombras y la oscuridad, pero solo esporádicamente, porque necesitas relacionarte con sus semejantes y no pueden encerrarte en tu caparazón y subirte a tu Torre de Marfil y no te pueden endiosar y hacerte engreído y presuntuoso, pues tu sociedad más cercana, tu circulo íntimo y personal te rechazarán.
En ese mundillo de oscuridad te has encontrado con sombras grotescas, con personajes sanguinolentos, con miserias humanas indescriptibles, con odios, con rencores, con insolidaridad, pero en cambio has pasado de largo, no te has comprometido con nada, ni con nadie y tu egoísmo personal ha podido con todo lo demás, no has reaccionado ante súplicas de hambre, de soledad, tú has seguido tu camino con indiferencia, sin mirar atrás porque implicarte en algo o con alguien te iba a atar de por vida y tú siempre has sido un espíritu libertario, casi siempre has vivido a tu aire, sin que nadie te mande, sin que nadie te oprima, has obrado según tu conciencia personal en todo, estuviera bien o mal, ese ha sido tu lema vital de “donde fueres, haz lo que vieres” y has intentado adaptarte a las costumbres y usos de cada lugar, porque nunca has querido ir a contracorriente de los poderes fácticos, par que no te critiquen, ni te humillen, siempre has sido fiel a tus consignas sociales, aunque tu sociedad te haya querido manipular.
