miércoles, diciembre 4

Rompiendo barreras invisibles: El Techo de Cristal y el Suelo Pegajoso

Pinterest LinkedIn Tumblr +

Por Maribel Santos

En el mundo laboral, existe una metáfora que encapsula las dificultades que enfrentan muchas mujeres en su ascenso profesional: el techo de cristal y el suelo pegajoso. Estos conceptos revelan las barreras invisibles que impiden el avance de las mujeres en sus carreras y la persistencia de la desigualdad de género en los lugares de trabajo.

El suelo pegajoso o sticky floor es un término relacionado con la desigualdad de género en el mercado de trabajo.

Techo de Cristal: Obstáculos en el Ascenso Profesional

El techo de cristal representa las barreras invisibles que impiden que las mujeres alcancen los niveles más altos de una organización, a pesar de tener las cualificaciones y la experiencia necesarias. A menudo, estas barreras se manifiestan en forma de sesgos de género, estereotipos arraigados y prácticas institucionales discriminatorias.

Aunque se han logrado avances significativos en la igualdad de género en los últimos años, el techo de cristal persiste en muchos ámbitos laborales. Las mujeres aún enfrentan dificultades para acceder a puestos de liderazgo y para recibir igual reconocimiento y remuneración que sus colegas masculinos. Este fenómeno no solo es injusto para las mujeres individualmente, sino que también limita el potencial de las organizaciones al privarlas del talento y la diversidad de perspectivas que aportan las mujeres.

Suelo Pegajoso: Desafíos en el Ingreso y la Retención Laboral

El suelo pegajoso se refiere a las dificultades que enfrentan las mujeres en el inicio de sus carreras y en la progresión dentro de la fuerza laboral. A menudo, las mujeres se encuentran atrapadas en roles de menor nivel o estancadas en posiciones con pocas oportunidades de crecimiento. Este fenómeno puede atribuirse a una combinación de factores, que incluyen la falta de apoyo y mentoría, la discriminación en la contratación y promoción, y las expectativas sociales y familiares tradicionales.

El suelo pegajoso también se ve agudizado por la interseccionalidad, ya que las mujeres pertenecientes a grupos minoritarios enfrentan barreras adicionales debido a su raza, etnia, orientación sexual o identidad de género. Esto crea un ciclo de desigualdad que afecta desproporcionadamente a las mujeres más marginadas y dificulta aún más su capacidad para avanzar en sus carreras.

¿Cómo se manifiesta el suelo pegajoso en la práctica?

Esta realidad tiene múltiples manifestaciones. Por un lado, se debe a las mayores responsabilidades que asume el colectivo femenino en el ámbito privado. Y es que, según el informe Las desigualdades y el mundo del trabajo (2021) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres dedican una media de cuatro horas y 25 minutos al día a tareas de cuidado no remuneradas, mientras que los hombres dedican una hora y 23 minutos a estas mismas actividades. De este modo, esto les impide disponer del tiempo suficiente para formarse y avanzar en su carrera laboral.

Por otro lado, las mujeres tradicionalmente han sido quienes asumen el cuidado y crianza de los hijos. Esto mismo provoca que, aún en la actualidad, cuando una pareja tiene un hijo, en muchas ocasiones sigue siendo la mujer la que abandona su puesto de trabajo, pide una excedencia o solicita una reducción de la jornada para hacerse cargo del bebé, algo que puede limitar también sus opciones de crecimiento profesional.

¿En qué se diferencia el suelo pegajoso del techo de cristal?

Junto al suelo pegajoso, que limita el desarrollo profesional de las mujeres en la base, la igualdad de género también está limitada en la cúspide. Es lo que se conoce como techo de cristal o glass ceiling, un concepto acuñado por la consultora empresarial Marilyn Loden en 1978 para ilustrar las dificultades que tienen muchas profesionales para acceder a cargos directivos.

De esta manera, mientras el suelo pegajoso retiene a las mujeres en determinados puestos de trabajo, como si de una especie de arenas movedizas se tratara, el techo de cristal bloquea sus aspiraciones profesionales, como una barrera invisible instaurada por las construcciones sociales arraigadas durante siglos. En este sentido, solo uno de cada cuatro directivos de empresas es mujer o las mujeres líderes necesitan entre tres y cinco años más que los hombres para llegar a ser CEO, según el informe Haciendo visible lo invisible (2021) de Oliver Wyman. Lo mismo ocurre en la esfera pública: solo en 22 países de todo el mundo hay jefas de Estado o de Gobierno, de acuerdo con ONU Mujeres.

Superando los Obstáculos: Estrategias para el Cambio

Para abordar el techo de cristal y el suelo pegajoso, es necesario un enfoque integral que involucre a todas las partes interesadas, desde líderes empresariales y responsables políticos hasta empleados individuales. Algunas estrategias efectivas incluyen:

1. Promover la igualdad de género en la cultura organizacional, incluida la implementación de políticas de igualdad salarial y la eliminación de sesgos de género en la contratación y promoción.

2. Proporcionar programas de mentoría y desarrollo profesional específicamente diseñados para mujeres, especialmente aquellas en etapas tempranas de sus carreras.

3. Fomentar una mayor representación de mujeres en puestos de liderazgo y roles de toma de decisiones dentro de las organizaciones.
4. Sensibilizar sobre la importancia de la diversidad de género y la inclusión en todos los niveles de la empresa, y capacitar a los empleados para reconocer y combatir los prejuicios inconscientes.
5. Apoyar políticas laborales que faciliten un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, lo que permite a las mujeres avanzar en sus carreras sin sacrificar su bienestar y sus responsabilidades familiares.

Al abordar el techo de cristal y el suelo pegajoso, no solo estamos creando entornos laborales más justos y equitativos para las mujeres, sino que también estamos construyendo organizaciones más fuertes y resilientes que pueden prosperar en la diversidad y la inclusión. Es hora de romper estas barreras invisibles y trabajar juntos hacia un futuro donde todas las personas, independientemente de su género, tengan las mismas oportunidades de éxito y realización en el trabajo.

En resumen, el suelo pegajoso es un concepto que destaca las dificultades que enfrentan las mujeres al principio de sus carreras para avanzar y progresar profesionalmente, y es un área importante de estudio e intervención en la lucha por la igualdad de género en el ámbito laboral.

Una pregunta para reflexionar, ¿Te has planteado despegar?, ponte en contacto conmigo a través de mis redes sociales.

Share.

About Author

Comments are closed.